martes, 15 de febrero de 2022


 

VIVA EL PARTIDO DE LA CLASE OBRERA!!

Segundo aniversario del Partido Comunista Revolucionario de Chile.

 

El 15 de febrero del año 2020 los comunistas revolucionarios asumimos la tarea de construir el partido de la clase obrera, un partido formado por trabajadoras y trabajadores conscientes, que luchan por una sociedad justa y digna donde el pueblo tenga en sus manos el poder para dirigir sus vidas y terminar con la explotación y la miseria.

Comenzamos abriendo camino a la Revolución Democrática Popular, en cada fabrica, maestranza y construcción, en cada lugar de trabajo los militantes del PCR difundimos nuestro programa político, que surge del análisis de la realidad nacional a partir del Socialismo Científico.

Han sido dos años de intenso trabajo, con todo en contra, pero la represión y la pandemia no pudieron detener a nuestro partido, que hoy crece en la clase obrera, estudiantes y pobladores.

Como determinamos en el ampliado de cuadros de febrero de 2020, la fundación de este Partido de nuevo tipo, armado en el marxismo-leninismo, seguiremos fortaleciendo esta organización pública y secreta para la Revolución y la construcción del Socialismo en Chile.

 

 

COMPAÑEROS, LA REVOLUCION ES NECESARIA!!

 

DIRECCION NACIONAL

PARTIDO COMUNISTA REVOLUCIONARIO DE CHILE.

Febrero 2022.

martes, 1 de febrero de 2022


 

El valor de las «libertades democráticas» en un Estado burgués y el modo de aprovecharlas; Enver Hoxha, 1966

 

 

«La burguesía y, junto a ella, los revisionistas modernos, hablan y hacen cálculos sobre las llamadas «libertades democráticas». En efecto, en cada Estado burgués denominado democrático, existen algunas «libertades democráticas» relativas. Decimos relativas, porque no rebasan jamás el límite de la concepción burguesa de la «libertad» y de la «democracia», porque llegan precisamente hasta el punto de no perjudicar los intereses vitales de la burguesía en el poder.

 

Naturalmente, la clase obrera y los hombres progresistas aprovechan estas condiciones para organizarse, para difundir sus concepciones y su ideología, y preparar el derrocamiento de las clases explotadoras y la toma del poder.

 

Después de la Segunda Guerra Mundial, en muchos países capitalistas de Europa, como resultado de la victoria sobre el fascismo y del papel desempeñado por los partidos comunistas en la lucha antifascista, estos partidos llegaron incluso a participar en el gobierno –por ejemplo, en Francia, en Italia, en Finlandia, etc.–, y hasta tener un gran número de diputados en el parlamento, importantes cargos en el aparato del Estado, e inclusive en el ejército, etc.

 

Asimismo, en diferentes períodos durante estos últimos 15 años, se crearon condiciones favorables para el partido de la clase obrera y las fuerzas progresistas en algunos países del Medio Oriente, como Irán e Irak, y de América Latina, como Guatemala, Brasil, Ecuador, Venezuela y otros. En Indonesia se creó una situación bastante favorable. El Partido Comunista de Indonesia creció con rapidez, formaba parte del gobierno y ejercía una gran influencia en la política interior y exterior del país, etc.

 

Pero, también en las condiciones de las «libertades democráticas», se desarrolla una aguda lucha de clases, una lucha a vida o muerte, entre la revolución y la reacción, entre el proletariado y la burguesía. Si el proletariado y su partido se esfuerzan por consolidar sus posiciones, por su parte, la reacción y la burguesía no duermen. Por el contrario, valiéndose del aparato estatal burgués, de la policía y las fuerzas armadas, practicando la corrupción y la subversión, alimentando el oportunismo y las ilusiones reformistas y pacifistas en el seno de la clase obrera, etc., se preparan seriamente para consolidar sus posiciones y desbaratar a las fuerzas revolucionarias.

 

El desarrollo de los acontecimientos tras la Segunda Guerra Mundial muestra que, en el marco de las «libertades democráticas», la burguesía ha actuado enérgicamente y en diferentes formas para liquidar el movimiento revolucionario de la clase obrera.

 

Después que la burguesía y la reacción lograron consolidar sus posiciones, expulsaron a los comunistas del gobierno, de los puestos importantes en el aparato del Estado y del ejército, como sucedió en Italia, Francia y Finlandia. En Inglaterra, Austria y otros países, ni siquiera se toleró la presencia de los comunistas en el parlamento, mientras que en Grecia fueron encarcelados y combatidos por la fuerza de las armas.

 

Cuando la burguesía y la reacción constatan que su poder está amenazado por la fuerza y el prestigio crecientes del partido comunista y del movimiento revolucionario de las masas, juegan su última carta: ponen en acción a las fuerzas armadas, organizan pogromos para aplastar y liquidar al movimiento revolucionario y a los partidos comunistas, como sucedió en Irán e Irak, y, recientemente, con los trágicos acontecimientos de Indonesia. En tales casos la reacción y la burguesía de un país dado han aprovechado directamente también la ayuda de la reacción mundial, incluso el apoyo de sus fuerzas armadas como ha ocurrido en la República Dominicana y otros lugares.

 

¿Qué conclusiones se pueden sacar de esta experiencia histórica?

 

Primero, que las llamadas «libertad burguesa» y «libertad democrática» en los países capitalistas no son como para permitir a los partidos comunistas y a los grupos revolucionarios alcanzar sus objetivos. De ningún modo. La burguesía y la reacción toleran la actividad de los revolucionarios mientras no constituya un peligro para el poder de clase de la burguesía. Cuando este poder está en peligro, o cuando la reacción encuentra el momento propicio, sofoca las libertades democráticas, recurre a todos los medios, sin ningún escrúpulo moral ni político, para destruir a las fuerzas revolucionarias. En todos los países en que se ha permitido a los partidos comunistas militar abiertamente, la burguesía y la reacción aprovechan esa situación para conocer toda la actividad, las personas, los métodos de trabajo y de lucha de los partidos marxista-leninistas y de los revolucionarlos, Por eso, los comunistas y sus partidos auténticamente marxistas-leninistas cometerían un error fatal si tuvieran confianza en las «libertades» burguesas que les proporciona la coyuntura, si lo hicieran todo abiertamente y no guardaran el secreto de su organización y de sus planes. Los comunistas deben aprovechar las condiciones del trabajo legal, incluso para desarrollar un amplio trabajo propagandístico y organizativo, pero, al mismo tiempo, deben estar preparados para el trabajo clandestino.

 

Segundo, las ilusiones oportunistas sobre la «vía pacífica» para la toma del poder son un bluf y representan un gran peligro para el movimiento revolucionario. En apariencia, el Partido Comunista de Indonesia parecía tener el terreno más favorable para alcanzar su objetivo siguiendo esta vía. No obstante, los comunistas indonesios habían declarado más de una vez que no se forjaban ilusiones sobre la «vía pacífica». En su saludo al congreso del Partido Comunista de Nueva Zelanda, la delegación del Comité Central del Partido Comunista de Indonesia confirmaba que:

 

«Los acontecimientos de Indonesia han demostrado una vez más que no existe ninguna clase dominante, ni fuerza reaccionaria que permita a las fuerzas revolucionarias conquistar la victoria por la «vía pacífica». (Partido Comunista de Indonesia; Saludo del Partido Comunista de Indonesia al XXIº Congreso del Partido Comunista de Nueva Zelanda, 1966)

 

Los comunistas extraen de los trágicos acontecimientos de Indonesia la enseñanza de que no es suficiente desechar las ilusiones oportunistas sobre la «vía pacífica» y reconocer que la única vía para la toma del poder es la vía revolucionaria de la lucha armada. El partido del proletariado, los marxistas-leninistas y todo revolucionario deben tomar medidas efectivas para preparar la revolución, comenzando por la educación de los comunistas y de las masas en el espíritu militante revolucionario y llegando hasta su preparación concreta para hacer frente a la violencia contrarrevolucionaria de la reacción con la lucha armada revolucionaria de las masas populares.

 

Tercero, independientemente de las condiciones y de las posiciones favorables que puede disfrutar en un determinado momento, el partido de la clase obrera no debe relajar un solo instante la vigilancia revolucionaria, sobrestimar sus fuerzas y las de sus aliados y subestimar la fuerza del adversario, de la burguesía y la reacción. El Partido Comunista de Indonesia gozaba de una gran influencia en el país, pero parece que sobrestimó en particular la fuerza política de Sukarno y del sector de la burguesía que le apoyaba, y tuvo demasiada confianza en esta fuerza. Al mismo tiempo, parece que subestimó la fuerza de la reacción, en particular de la reacción en el ejército, Al parecer los camaradas indonesios pensaban que el que tenía a Sukarno de su parte, tenía la llave de Indonesia, sin analizar debidamente en qué consistía la fuerza de Sukarno y hasta qué punto esta fuerza era real, particularmente entre el pueblo. Los recientes acontecimientos de Indonesia demostraron claramente que el prestigio y la autoridad de Sukarno no se apoyaba en una base social, económica y política sólida. Los generales reaccionarios lograron neutralizar a Sukarno, e incluso, mientras les convenía, le explotaron para sus fines contrarrevolucionarios.

 

Cuarto, el partido marxista-leninista y todos los auténticos revolucionarios deben seguir consecuente y resueltamente una línea revolucionaria y luchar audazmente contra el oportunismo y su más sórdida manifestación, el revisionismo moderno, tanto el jruschovista como el titoista. Los oportunistas y los revisionistas modernos han hecho de la lucha por las «libertades» burguesas su bandera y han renunciado a la revolución, preconizan la «vía pacífica» como la única vía para la toma del poder. Precisamente la línea oportunista y revisionista, la influencia de los revisionistas jruschovistas, etc., han transformado a numerosos partidos comunistas, que en el pasado constituían una gran fuerza revolucionaria, en partidos de las reformas sociales, en apéndices y furgones de cola de la burguesía reaccionaria. Esto sucedió con los partidos comunistas de Italia, de Francia, de Finlandia, de Inglaterra, de Austria y otros. La aplicación de la línea oportunista del XXº Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética de los jruschovistas condujo a la catástrofe y a la liquidación al Partido Comunista de Irak, al antiguo Partido Comunista del Brasil, al Partido Comunista de Argelia, etc. El Partido Comunista de Indonesia se opone al revisionismo moderno. Los últimos acontecimientos de Indonesia y el papel de zapa que los revisionistas jruschovistas jugaron allí, demuestran que un verdadero partido revolucionario, fiel al marxismo-leninismo, decidido a llevar audazmente adelante la revolución, debe mantener una actitud bien definida frente al oportunismo, al revisionismo jruschovista y titoista. No basta solidarizarse con la lucha de los marxistas-leninistas contra el revisionismo, es preciso también que el partido luche de manera intransigente y abierta contra la traición revisionista, porque únicamente así pueden los comunistas educarse en un espíritu revolucionario y puede ser preservado el partido de todo peligro de revisionismo. Sin combatir resuelta y consecuentemente contra el oportunismo y el revisionismo jruschovista, no se puede combatir al imperialismo, no se puede combatir a la reacción, no se puede impulsar la causa de la revolución y el socialismo». (Enver Hoxha; El golpe fascista en Indonesia y las enseñanzas que extraen de él los comunistas, 11 de mayo de 1966)

lunes, 18 de octubre de 2021

18-0 LA REVOLUCION FRUSTRADA.



El estallido social de octubre del 2019 nos dejó varias lecciones sobre cómo se desarrolla la lucha de clases, movilizaciones que no veíamos desde las protestas nacionales de 1983 contra la dictadura cívico militar. Fuimos testigos de cómo la acumulación del descontento expresadas en diversas movilizaciones por reivindicaciones concretas, siendo las más emblemáticas: La Revolución Pingüina (2006), las protestas contra las termoeléctricas (2010), NO+AFP (2017), fueron tomadas por la socialdemocracia y el Partido Comunista con la promesa de llevarlas al parlamento y darles una solución institucional, pero que terminaron en discusiones eternas hasta desaparecer. Descontento y frustración que se acumuló por años hasta estallar en una ola que hizo temblar el sistema capitalista, finalmente la acumulación de las demandas insatisfechas dio un salto cualitativo sacando a la calle a millones en todo el país.

 

El desarrollo de las movilizaciones partió de manera espontánea sin una dirección visible, fue obvio el rechazo a cualquier tipo de organización y partido político, una reacción natural después de años de manipulación de las demandas populares para su beneficio, en el caso del PC usándolo como moneda de cambio para obtener cuotas de poder.

 

Por su parte la izquierda demostró su incapacidad para dirigir un proceso revolucionario, ya sea por la falta de una propuesta programática que interpretara al pueblo o por la escasa presencia en los sindicatos y territorios, plegándose al final del proceso sin ninguna influencia. El protagonismo lo tomaron los jóvenes organizados en “La Primera línea” y las “Brigadas de Primeros Auxilios” formadas por trabajadores de la Salud y estudiantes, si bien estas estructuración  espontanea jugaron un papel importante no pasaron la etapa de resistencia, luego del finde las protestas y su disolución, derivaron en la formación de múltiples grupos políticos de carácter inorgánico sin una propuesta clara, solo la reivindicación del Estallido Social y la preparación del próximo alzamiento popular.

 

La falta de dirección proletaria fue clave para que el Estallido Social no se convirtiera una situación revolucionaria, la participación de los sindicatos fue casi nula, condición fundamental para avanzar en un proceso de radicalización y enfrentamiento contra el Estado Burgués. Por el contrario, la Mesa Social formada en su mayoría por los gremios de los trabajadores públicos y sindicatos controlados por la burocracia sindical de la Central Única de Trabajadores en manos del Partido Socialista y el Partido Comunista, trataron de convertirse en los interlocutores validos de la protesta para dialogar con el Gobierno Empresarial de Piñera, pero su desprestigio entre los trabajadores y el pueblo hizo fracasar sus planes.

 

Finalmente el movimiento ya desgastado y desacreditado ante el pueblo por la acción violenta sin sentido de grupos anarquistas mesclados con el lumpen, permitió que Piñera fuera rescatado del caos por todos los partidos representados en el parlamento, llamando a una Convención Constitucional, o sea, una Asamblea Constituyente de fantasía, a la que finalmente suscribe el PC y a la que poco a poco se fueron sumando los partidos de izquierda, que en un principio se opusieron a la Convención levantando la Asamblea Constituyente. Y otros que aspiran a reemplazar al PC como líder de la izquierda en el juego electoral, sumándose a la campaña del APRUEBO postulándose como candidatos a la Convención Constitucional sin ningún resultado, volviendo a levantar la Asamblea Constituyente como verdadera instancia democrática, demostrando su falta de coherencia e incapacidad de proponer una alternativa al pueblo.

 

Después de dos años de vivir bajo la dictadura de Piñera, disfrazada por la pandemia COVID-19, que a través del Estado de Excepción y Catástrofe, ha permitido contener cualquier tipo de protesta, la entrega de bonos focalizados en los sectores propensos a manifestarse de forma violenta, la presión económica y política contra el movimiento sindical, así como el retiro de los fondos de pensiones para paliar la crisis, haciendo que los trabajadores se metan la mano al bolsillo y poder sobrevivir, a logrado dominar la situación, transformando en un recuerdo el Estallido Social para la mayoría y pasando a segundo plano la Convención Constitucional, opacada por escándalos éticos y falta de organización,  frente a la discusión de los nuevos retiros de las AFP y las elecciones presidenciales.

 

Estos factores muestran la capacidad de reinvención y sobrevivencia del sistema capitalista, sobre todo por el apoyo de la Social Democracia, no solo expresada en la Ex Concertación, sino también en el Frente Amplio y el Partido Comunista, que terminaron avalando el proceso constituyente y en el caso del FA, las leyes represivas contra el pueblo en lucha, lo que permitió descomprimir la presión social, encauzando la rebeldía popular nuevamente hacia el aparato burocrático empresarial que domina al Congreso.

 

Otra parte de la izquierda revolucionaria se niega a aceptar esta derrota y trata de revivir el Estallido Social con llamamientos a protestas nacionales que no tienen respuesta y que terminan en barricadas donde la población no participa. Es necesario entender que los procesos sociales no se repiten, las alzas revolucionarias corresponden a situaciones político, económicas e históricas concretas, que no pueden ser trasplantadas. Seguir con la idea de revivir un proceso revolucionario por la sola voluntad no llevara al pueblo nuevamente a las calles. Entender este proceso es fundamental para empezar a construir una alternativa revolucionaria y avanzar hacia un Gobierno Popular, que lleve a los trabajadores al poder y detenga cualquier intento de los monopolios y el imperialismo de derribarlo.

 

 

Las lecciones son claras, siempre es el proletariado, los trabajadores quienes deben dirigir el proceso revolucionario ya sea durante la etapa democrático-burguesa con el Gobierno Popular hasta el enfrentamiento directo con la burguesía en la Revolución Democrática Popular.  Sin esta dirección organizada en un partido de vanguardia formado por los trabajadores conscientes, guiados por el marxismo-leninismo, sin la formación de un Frente Revolucionario que abarque a todos los sectores del pueblo, es inviable conquistar el poder.

 

La historia del movimiento obrero en Chile ha sido testigo en más de una ocasión de esta falencia. “la Protesta de la Chaucha” 1949, durante la dictadura de Gonzales Videla, declaro el Estado de Sitio con un saldo de 30 muertos, la protesta se disolvió a los dos días. “La Batalla de Santiago” durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, saco al Ejército a la calle provocando veinte muertos. El “Golpe cívico-militar de 1973” que termino con el proyecto del Gobierno Popular de Salvador Allende. Las “Protestas Nacionales” 1983, que saco a millones de chilenos a la calle y dio paso a la formación de grupos de autodefensa armados, los que no lograron derribar a la dictara por la influencia de la teoría del “Foco Guerrillero”, que los alejo de la insurrección popular.

 

Todos estos acontecimientos que pudieron convertirse en una revolución que llevara a los trabajadores al, poder y a desplazar definitivamente a la burguesía, terminaron en fracaso. En todos estos casos el papel de vanguardia la cumplía el Partido Comunista, que se negó ha asumir su papel y al camino de la insurrección opuso la conciliación de clases.

 

 

Hoy, luego de dos de los acontecimientos del 18 de octubre de 2019. Analizando en profundidad su desarrollo, clímax y termino, las conclusiones son claras.

Nuestro trabajo debe estar enfocado en la organización de los trabajadores en sindicatos clasistas con vocación de poder.

 

Debemos terminar con el sectarismo que impide avanzar a la izquierda a la conformación de un frente revolucionario, que se convierta en alternativa real para los trabajadores y el pueblo.

 

El movimiento social quedo fragmentado luego del 18-O, es tarea de la izquierda revolucionaria volver a encauzar el movimiento popular en un proyecto de cambio radical, hacia el Gobierno Popular y la Revolución Democrática Popular.

 

Este trabajo no será fácil ni a corto plazo, pero es absolutamente necesario para salir del letargo, el aislamiento de los trabajadores y construir la alternativa que destruya el Estado Capitalista.

 

sábado, 16 de octubre de 2021


 

Compañeros del Partido Comunista de España (Marxista-leninista). Aun año de la partida del Camarada Raúl Marco les enviamos nuestra solidaridad a todos los miembros del partido por esta perdida invaluable de un líder que supo llevar adelante las banderas del Socialismo y del Internacionalismo proletario.

 

Internacionalismo que encarno en la defensa de la lucha del pueblo de Etiopia y del Tigre por su liberación por su compromiso con los países latinoamericanos en su época mas oscura bajo la dictadura fascista. Recordar al camarada Raúl es un deber de todo marxista- leninista.

 

El Partido Comunista Revolucionario de Chile, su Dirección Nacional y toda su militancia, estará siempre agradecida del apoyo moral que nos brindó durante la dictadura, que sin duda nos animó a seguir luchando.

Camarada, compañero Raúl, siempre estarás presente en la lucha de los pueblos de Latinoamérica por su liberación.

 

 

DIRECCION NACIONAL

PARTIDO COMUNISTA REVOLUCIONARIO DE CHILE




El día 12 de Octubre, Sebastián Piñera y su gobierno lacayo de los empresarios y monopolios, anuncio la militarización de la Araucanía, para reprimir y asesinar la causa Mapuche.

 

Un intento más por parte de Piñera por mantener contentos a los camioneros, que al igual como hicieron durante la UP, hoy no dudan en desabastecer al país para beneficio propio;  Un intento más por mantener los lazos con las forestales, que desde su existencia han colaborado con el gobierno para robar las tierras Mapuche, llegando a asesinar a quienes alzan la voz y luchan.

 

Desde el Partido Comunista Revolucionario, condenamos totalmente la militarización de la Araucanía, que no es más que impartir una dictadura en la zona para proteger los intereses de los camioneros y las forestales, los intereses de los empresariales y los monopolios, llevando a cabo un ataque directo a un pueblo que ha tenido que luchar contra los invasores desde que existe.

 

¡WALLMAPU LIBRE!

martes, 14 de septiembre de 2021

48 DEL GOLPE MILITAR FASCISTA




El golpe de estado cívico-militar de 1973 marco el fin de la vía chilena al socialismo, una experiencia que desde su inicio estaba destinada al enfrentamiento directo con la burguesía y el imperialismo yanqui, un choque para el cual no estaba preparado el Gobierno Popular, los partidos de la Unidad Popular ni el mismo Salvador Allende.

 

La confianza extrema en el sistema democrático burgués y la comodidad de los sillones del Congreso les hizo olvidar la larga tradición golpista de las Fuerzas Armadas que durante todo el siglo XX, ahogo en sangre cada intento de la clase obrera por lograr hasta la más mínima reivindicación económica que se saliera de lo que la patronal quisiera dar. 1924 contra Alessandri, 1932 contra el gobierno de Marmaduke Grove, Las matanzas de las salitreras Santa María, La Coruña, San Gregorio; el levantamiento campesino de Ranquil, la matanza en la Plaza Bulnes 1946, la toma de terrenos en Pampa Irigoin en el gobierno de Frei. Estos son algunos ejemplos de cómo actúa la Burguesía cuando peligran sus intereses, dejando en claro que el Estado, las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial y el Poder Legislativo están a su servicio.

 

Es difícil creer que el Partido Socialista, que en el Congreso de Chillan se declaro marxista-leninista y planteo la vía armada para llegar al socialismo, que el Partido Comunista, perseguido por la dictadura de Ibañez pretendieran construir el socialismo por la vía pacífica, creer en la vocación democrática de las Fuerzas Armadas y que con solo tener la mayoría parlamentaria los trabajadores llegarían al poder.

 

Hoy, mientras se asesina a los dirigentes mapuches en los territorios en lucha y se sigue reprimiendo a estudiantes y trabajadores,  se criminaliza las tomas y campamentos y las ollas comunes que no dan abasto, sesiona la Convención Constituyente, resultado del Estallido Social, como una forma de controlar el descontento popular, nuevamente vemos como los partidos y los auto declarados independientes vuelven sobre los mismos errores, desviando la energía que desató el Estallido Social entre cuatro paredes sin ningún resultado, estancados en discusiones de oficina mientras el parlamento sigue legislando sobre temas que ellos deberían resolver, matrimonio igualitario, el agua como bien de uso público, etc.

 

La tarea de los marxistas-leninistas, de los comunistas revolucionarios, no es buscar un lugar a la sombra del estado burgués, la tarea está en la organización de los trabajadores, hombres y mujeres que luchan por una vida mejor, construyendo sindicatos en todas las fábricas y empresas, no solo para dar la pelea económica, sino para desarrollar un sindicalismo con vocación de poder, un sindicalismo de clase. La lucha electoral es un instrumento más para su organización y para llevar el mensaje de los comunistas revolucionarios al pueblo. La tarea de un parlamentario obrero no es sentarse a vegetar esperando que aprueben alguna ley en beneficio del pueblo, es ir a la clase obrera y ponerse a su servicio, poner los medios que le entrega el parlamento para ayudar a su organización.

 

Debemos aprender de los errores del Unidad Popular, volver al camino que construyo Salvador Allende, pero teniendo en claro que el enfrentamiento con la burguesía es inminente y debemos estar preparados para ese enfrentamiento, que no será otra cosa que la respuesta armada de los trabajadores y avanzar a una etapa superior de la lucha de clases, la Revolución Democrática Popular, que consolidara el Poder Popular, una alianza de todos los explotados por los grandes monopolios, los trabajadores del campo y la ciudad junto a la pequeña burguesía urbana ( profesionales, intelectuales, pequeños empresarios y comerciantes)  que borrara del mapa cualquier intento por derribar el nuevo poder que avanzara hacia la construcción del socialismo en Chile.

 

 

¡¡COMPAÑEROS, LA REVOLUCION ES NECESARIA!!

lunes, 19 de julio de 2021

PRIMARIAS PC – FA



A pesar del gran optimismo del Partido Comunista de Mercado y la arrogancia de su abanderado Daniel Jadue, que se daba por triunfador, erigiéndose casi como el continuador del gobierno de la Unidad Popular, no basto para convencer a su electorado.

La distancia entre la cúpula de su partido y los trabajadores es cada día más evidente, la participación en el gobierno de Bachelet, avalando sus políticas que profundizaron el Plan laboral de Pinochet y su obsecuencia frente a las medidas económicas neoliberales, los alejaron de la realidad del pueblo trabajador.Por otro lado, su ambivalencia frente a la situación interna en Cuba termino por desmoronar su imagen frente a los votantes de izquierda.

 

La propuesta de Boric tampoco representa a los trabajadores ni pretende hacerlo, sus intereses no van más allá de administrar el sistema democrático burgués sin rebasar sus límites, solo es la nueva cara de la pequeña burguesía que puja por un espacio en el sistema, desplazando a los viejos partidos apernados al sillón, que luchan por no perder sus privilegios de casta. Lo que no impide que el Frente Amplio llame desde el minuto uno del triunfo de Boric a ampliar el frente político para ganar a la derecha, un llamado sin tapujos a la vieja Nueva Mayoría de la que son herderos.

 

Ninguno de los dos candidatos representa a los trabajadores, ninguno de los dos pretende romper con el sistema democrático empresarial, son solo variaciones para una nueva administración, que pretende encubrir el sistema de explotación con la misma fórmula de un Estado de Bienestar de tercer mundo a base de bonos y llamar eternamente a subir impuestos.

 

El verdadero cambio lo realizaran los trabajadores organizados en un movimiento sindical fuerte y clasista lejos de los burócratas y oportunistas, que tampoco quieren un cambio real, ya que se  se sienten cómodos en el sistema,  igual que los llamados partidos de izquierda.

 

Este movimiento sindical clasista junto a las organizaciones naturales del pueblo, que defienden el derecho a la vivienda digna, educación y salud gratuita y de calidad, el derecho a la jubilación digna, así como los de la diversidad sexual y migrantes, formaran la base de un cambio real, que junto a los verdaderos partidos revolucionarios, formaran el frente que conquistara un Gobierno Popular como primer paso hacia la liberación de los monopolios político económicos, camino a la Revolución Democrático Popular.

 

 

 

¡¡COMPAÑEROS LA REVOLUCION ES NECESARIA!!

 

PARTIDO COMUNISTA REVOLUCIONARIO DE CHILE

19 de julio 2021.