Manifiesto del 1 de Mayo
¡Frente a la crisis, la revolución social!
¡Ante la guerra de las potencias imperialistas, la
lucha revolucionaria para poner fin al dominio del capital!
En medio de un mundo en el que los problemas
económicos, políticos y sociales se profundizan, y los dueños del gran capital
descargan sobre clase obrera y los pueblos los efectos de la crisis del sistema
capitalista, la conmemoración del Primero de Mayo se convierte en la ocasión
para que los explotados y oprimidos de todos los países hagan escuchar su voz
de reclamo por los problemas que los afectan y su decisión inquebrantable de
continuar su lucha por la emancipación social.
El afán de los monopolios y los países
capitalistas-imperialistas por conquistar nuevos mercados y ampliar sus zonas
de influencia, ha provocado el estallido de una nueva guerra de carácter
interimperialista que tiene como escenario Ucrania. Allí están en juego los
intereses de las potencias capitalistas–imperialistas agrupadas en la Unión
Europea y la OTAN, capitaneadas por el imperialismo estadounidense, por un
lado, y por otro lado está el imperialismo ruso —no menos agresivo y rapaz que
las antes mencionadas.
En las disputas político–militares de las
potencias imperialistas y los dueños del gran capital, no podemos tomar partido
a favor de una u otra potencia o bloque que promueve el odio y la guerra, pues,
por su naturaleza son enemigos de los pueblos y los denunciamos como tales; tomamos
posición junto a la clase obrera y los pueblos y, en esta circunstancia
particular, expresamos nuestra solidaridad con los trabajadores, la juventud y
el pueblo de Ucrania que se encuentran en medio de las disputas
interimperialistas y son víctimas de la guerra. Rechazamos las políticas
guerreristas de Rusia y de la OTAN capitaneada por EE UU
En general, la burguesía internacional tiene
declarada una guerra en contra de los trabajadores y los pueblos, que se
manifiesta en las políticas estatales que aplica — supuestamente— para
reactivar la economía de los países y atender las necesidades sociales, pero en
realidad busca precautelar los intereses de los poderosos grupos económicos y
garantizar sus altas tasas de ganancia. Gobiernos neoliberales, conservadores y
socialdemócratas por igual golpean los derechos de los trabajadores,
criminalizan la protesta social, aprueban salarios de hambre, mantienen a
millones de hombres y mujeres en la desocupación; sus políticas aplicadas para
hacer frente a la crisis económica que estalló el año 2020 y a la pandemia del
Covid 19 dejaron en claro que, para la burguesía, por sobre todo está el
«sacrosanto» capital.
Cada día, el capitalismo lleva a millones de
personas a vivir en la pobreza y en la pobreza extrema, en la desocupación y el
subempleo; millones abandonan sus territorios y países huyendo de esos
problemas y de la violencia, de la inseguridad, de la guerra, esperanzados en
rehacer sus vidas en otras tierras, mas, chocan con políticas anti-migratorias
y xenófobas, con discursos y violencia racistas promovidos por organizaciones
de extrema derecha y fascistas que toman fuerza en algunos países.
La otra cara es la opulencia de los ricos. En
medio de la crisis y de la pandemia el proceso de concentración y centralización
de la riqueza en pocas manos ha llegado a niveles mayores, es decir, las
fortunas de los milmillonarios han crecido y han surgido también nuevos
millonarios, la brecha que separa a pobres y ricos, a explotados y explotadores
se ha ampliado; pero también ha aumentado la distancia que separa a los países
dependientes de los países capitalistas más desarrollados y, por supuesto, de
las potencias imperialistas. La desigualdad económica y social cada día es
mayor.
Pero los trabajadores de la ciudad y el campo,
la juventud y las mujeres de los sectores populares, los sin empleo y los sin
techo, ambientalistas y artistas no aceptan esta situación como un mal con el
que están condenados a vivir para siempre: el descontento se transforma en
rechazo y el rechazo se manifiesta en la lucha. Son protagonistas de
importantes manifestaciones de protesta en contra de las políticas restrictivas
aplicadas por los gobiernos, en contra del encarecimiento del costo de la vida
y de los bajos salarios, en contra de los planes neoliberales, exigen sus
derechos, defienden la naturaleza y se oponen a las políticas extractivistas,
luchan por el agua, por educación, por salud, contra el pago de la deuda
externa, etc… Pelean contra los males del capitalismo y anhelan un cambio, sin
embargo, con frecuencia son víctimas de la demagogia de fuerzas políticas de
derecha y de supuesta izquierda, que manipulan los sentimientos del pueblo para
asegurar la estabilidad del sistema y la «gobernabilidad» burguesa.
¡Frente a la crisis, la revolución social!
¡Ante la guerra de las potencias imperialistas, la lucha revolucionaria para
poner fin al dominio del capital! Esa es la alternativa que la clase obrera y
los pueblos tienen para conquistar la emancipación social.
La Conferencia Internacional de Partidos y
Organizaciones Marxista–Leninistas –CIPOML– llama a los trabajadores de todo el
mundo para que, este Primero de Mayo, junto a las reivindicaciones y exigencias
particulares que la realidad de cada país determina, enarbolemos esas banderas
que unen al proletariado internacional en la lucha. ¡Solo el triunfo de la
revolución y el socialismo engendrará un nuevo mundo, una sociedad de equidad,
de bienestar y progreso, la sociedad de los trabajadores!
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones
Marxista–Leninistas CIPOML
Comité Coordinador
1 de mayo, 2022