En Estados Unidos de Norteamérica se ha producido un
estallido social sin precedentes en muchos años, tanto por la amplitud de las
protestas como por sus expresiones de combatividad. El asesinato de George
Floyd, a manos de la Policía en Minneapolis, ha provocado que miles de hombres
y mujeres se tomen las calles de más de ciento veinte ciudades en todos los
estados del país, unificados con el grito «Sin justicia no habrá paz».
El rápido contagio de las protestas iniciadas en Minneapolis
y las connotaciones sociales y políticas que ahora tienen en todo el país,
expresan cuán reprimidas se encontraban en la población el descontento y el
rechazo a múltiples problemas, algunos de los cuales se han visibilizado aún
más y otros se han agudizado por efecto de la pandemia del Covid 19. Los
pueblos de EEUU rechazan el racismo, el deterioro de las condiciones de trabajo
y de vida, el vertiginoso crecimiento del desempleo (40 millones de desocupados
en los últimos meses), la alta tasa de
mortalidad por acción de la pandemia, que afecta fundamentalmente a los más
pobres, a los negros, a latinos, a los migrantes, la xenofobia y el
supremacismo blanco promovidos por el presidente Donald Trump y los círculos
dominantes de poder, es decir, es una lucha que cuestiona al sistema
capitalista imperante.
Los acontecimientos que hoy se producen en EEUU –que meses
antes los vimos en varios países de América Latina, Europa, Asia y África- son
fácilmente explicables al mirar cómo actúa el capitalismo sobre los
trabajadores y los pueblos para garantizar la reproducción del capital y el
incremento de las ganancias de sus propietarios. Sin embargo, las
movilizaciones en EEUU tienen una trascendencia e importancia particular, pues,
se producen en la principal economía capitalista-imperialista del mundo,
evidenciándose que las potencias más desarrolladas no están blindadas al
combate de las masas. Donde hay explotación y opresión, hay resistencia y lucha
de los trabajadores y los pueblos.
En todo el mundo, el descontento y repudio de los
trabajadores y los pueblos crece porque sus condiciones de vida se ven más
afectadas a medida que la economía capitalista se encoge. Los efectos de la
pandemia del Covid 19, sobre la economía mundial y de cada uno de los países,
afectan principalmente a los trabajadores, a los desempleados y subempleados, a
los sin casa, a los campesinos sin tierra, a los migrantes, a los sectores más
empobrecidos de la sociedad, lo que hace prever que nuevas revueltas, nuevas
luchas se extenderán en el mundo por justicia, por derechos sociales y
políticos, contra la opresión y la explotación.
La Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones
Marxista Leninistas (CIPOML) expresa su solidaridad con los trabajadores, los
jóvenes, las mujeres que se han levantado en lucha en los Estados Unidos y
condena la brutal respuesta dada por el gobierno de Donald Trump; rechazamos la
movilización de tropas militares y de la Guardia Nacional, la declaratoria del
estado de emergencia y toques de queda en varios estados, la violenta represión
que ha cobrado la vida de otros ciudadanos en las protestas que, no obstante,
no ha podido frenar la indignación y la presencia de miles de luchadores en las
calles.
Llamamos a los trabajadores y los pueblos del mundo, a los
partidos y organizaciones integrantes de nuestra Conferencia a mantener y
organizar nuevas demostraciones de solidaridad con los pueblos de EEUU y de
condena al imperialismo estadounidense.
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones
Marxista Leninista CIPOML
Junio de 2020
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